Dado que América Latina representa aproximadamente el 6.3% del Producto Interno Bruto (PIB) mundial, el gasto proyectado para estar alineado con su desarrollo económico debería acercarse a los 10,500 millones de dólares, estiman los autores. Este desfase refleja una brecha significativa que, de no atenderse, podría profundizar las desigualdades tecnológicas frente a otras regiones.
Titulado Impacto económico de la Inteligencia Artificial en América Latina, el informe sugiere que por cada 1% de incremento en inversión en IA, el PIB podría crecer hasta un 0.036%, principalmente por el aumento en la productividad del trabajo calificado. Dentro del escenario regional, Brasil y México se perfilan como los países con mayor potencial de impacto económico, con estimaciones cercanas a los 5,300 millones de dólares anuales cada uno, seguidos por Argentina con 250 millones.
Educación, el talón de Aquiles
Uno de los principales obstáculos señalados por el informe es la escasez de capital humano preparado para implementar y aprovechar la IA de forma efectiva. Los especialistas advierten que sin una fuerza laboral calificada, el despliegue de la inteligencia artificial como motor de productividad será limitado.
En este sentido, llaman a ejecutar “políticas agresivas de educación general”, con una visión a largo plazo. Actualmente, de acuerdo con cifras del Banco Mundial, salvo Chile —que alcanza un 38%—, la mayoría de los países latinoamericanos tienen tasas de educación terciaria inferiores al 30% de su población, contrastando con naciones como Canadá (65%) y Japón (59%).
Recomendaciones para acelerar la adopción
Además del componente educativo, el estudio propone políticas activas para fomentar el uso de la IA en el entorno empresarial. Entre ellas destacan:
Inversión en formación de empleados y cuadros gerenciales.
Desarrollo de casos de uso sectorizados que evidencien el valor estratégico de la IA.
Implementación de centros tecnológicos especializados para apoyar a pequeñas y medianas empresas en su transformación digital.
Este enfoque multisectorial, según los autores, será clave para cerrar la brecha tecnológica e impulsar un crecimiento más inclusivo en la región.
El informe concluye que, si bien América Latina posee el potencial para capitalizar los beneficios de la inteligencia artificial, necesita avanzar con mayor decisión en políticas públicas, educación y fortalecimiento institucional para no quedar rezagada en la cuarta revolución industrial.
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