“¡QUEREMOS PELÍCULAS HECHAS EN ESTADOS UNIDOS, OTRA VEZ!”, exclamó Trump en mayúsculas, evocando su conocido eslogan político.
Según el anuncio, Trump ha instruido al Departamento de Comercio y al Representante Comercial de EE.UU. a iniciar “de inmediato” el proceso para aplicar estos aranceles. Sin embargo, expertos legales y comerciales señalan que las películas, al tratarse de propiedad intelectual y servicios, no están tradicionalmente sujetas a aranceles, lo que abre interrogantes sobre cómo se implementaría realmente la medida.
Aunque Trump afirma que la industria está “muriendo”, los datos muestran un panorama más complejo. Si bien la recaudación en taquilla en EE.UU. alcanzó un pico de casi 12.000 millones de dólares en 2018, cayó drásticamente a 2.000 millones en 2020 debido a la pandemia. La industria se ha venido recuperando, pero no ha vuelto a los niveles pre-COVID, en parte por la disminución de estrenos y el cambio de los hábitos de consumo hacia plataformas de streaming.
Disney+, Max (HBO) y otras plataformas han comenzado a generar beneficios, pero siguen enfrentando desafíos de rentabilidad, competencia feroz y saturación del mercado. Además, muchas de las películas y series “estadounidenses” hoy en día se filman en el extranjero, aprovechando costos más bajos y beneficios logísticos, lo que podría hacer que los aranceles propuestos terminen afectando también a estudios nacionales.
Hasta ahora, la Casa Blanca y el Departamento de Comercio no han ofrecido detalles técnicos ni un cronograma oficial de aplicación. La propuesta también enfrenta posibles impugnaciones legales por parte de la industria y de socios comerciales bajo las reglas de la OMC y tratados como el T-MEC.
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