Contenidos 20.12.2013 > Latinoamérica

Snap TV: Una usina de ideas y negocios

La productora y distribuidora amplía su visión del mercado con proyectos de producir películas en inglés dentro de Latinoamérica y se focalizan en las plataformas variables para aprovechar el mercado internacional y seguir recaudando ‘butacas’.

¿Cómo define el negocio de Snap TV?

Tomamos el modelo de negocio de la TV: Producción y distribución, pero en este momento no está alineados. Distribuimos películas y producimos factual. Junto con nuestro socio Marvista, comenzamos el proyecto de producir películas en inglés dentro de América Latina que luego distribuiremos, como nos enseñaron las majors. Para esto comenzamos con un sondeo de incentivos en cada país, posibles aliados estratégicos, ver a productoras locales de calidad y canales latinoamericanos dispuestos a sumarse a esta cruzada. El objetivo a corto plazo es tener rodando una o dos películas a fin del 2014 y haber desarrollado la unidad de ficción en inglés para América Latina con sus bases en los países que corresponda. En los últimos años crecimos más del 100% y llegamos a fin de año sin saber que nos depara el futuro. Hace cuatro años, comenzamos cuando no era momento de pensar en Netflix sino en vender a los canales tradicionales. Pero nos focalizamos en el OTT porque luego llegaríamos tarde. La filosofía es un inconformismo lo más sano posible o positivo. Producimos algo diferente para un mercado que genera un tipo de rentabilidad y negocio y nos va muy bien con nuestros clientes.

¿Cuáles son los emprendimientos de la compañía para 2014?

Estamos poniendo siempre foco para que crezcan el área de producción y distribución que son nuestros platos. Más allá de las metas, en distribución hay territorios que nos interesan para completar el mapa de ventas, como Colombia, Brasil y Chile. En el área de producción estamos focalizados a los canales internacionales como la producción para NatGeo, Tabú Latinoamérica, un programa complejo en que se viaja a distintos puntos de América Latina convenciendo a personas para que expongan sus situaciones particulares de vida en televisión. Por otro lado, estamos trabajando unos los especiales de History, con los que ya realizamos Inquisición en América Latina, que personalmente me entusiasman porque hace perecedero lo que hicimos seis meses atrás y evoluciona constantemente. En cada apuesta con el canal, analizamos lo hecho para mejorarlo. Si bien las ideas, originalidad y factoría son la base, nuestra cabeza está puesta en el negocio de la televisión, respetar el modelo y mejorarlo.

¿Qué interés le despiertan las nuevas plataformas de distribución de contenidos?

Estamos en etapa de idea y atención a las plataformas nuevas de TV variables. Hace tres años trabajamos como agregadores de Netflix, que está abriendo la cabeza sobre el futuro de la televisión. Hay un desconcierto muy grande en la industria del cine y la televisión por la expansión mundial y la agresividad en cuanto a las producciones originales de las OTT. Todo esto dará un vuelco en la industria. Así nos focalizamos en las plataformas variables, como iTunes, Amazon y Hulu, que tiene otro tipo de propuesta de compra diferente al ‘flat fee’ y los productores la están subestimando. Parecido a la industria de la música donde iTunes demostró que hay un mercado enorme vendiendo canciones en forma libre y que a niveles mundiales forma un gran negocio. Por eso tratamos de educar y llevar este conocimiento a los productores para que entiendan que puede ser una de las patas más salvadoras de una industria con cada vez menos tiempo en cartel, especialmente de las producciones o películas latinoamericanas. Si se aprovecha bien la ola se puede desarrollar todo un mercado internacional para seguir recaudando ‘butacas’. En este mercado de distribución estamos enfocados en Estados Unidos con contenido latinoamericano.

¿Hasta qué punto es seguro en cuanto a derechos?

Hay que multiplicar las plataformas, canales y derechos para que la parte legal se abra más. Al no poder detener el mercado pirata, hay que tener un precio accesible y económico para que los usuarios prefieran pagar antes que piraterar, como nos hicieron saber en Netflix. Hay un público específico que sabe como bajarse una película de forma ilegal y otro público enorme que prefiere dar un click por un determinado precio por mes para ver una película.

© Newsline Report 2013

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