El cambio de nombre, anunciado oficialmente en mayo pasado, representa un viraje frente a la decisión tomada en 2023, cuando la empresa renombró el servicio simplemente como Max tras la fusión entre WarnerMedia y Discovery. En aquel momento, la unificación de marcas buscaba integrar la amplia gama de contenidos disponibles, que incluyen tanto producciones originales de HBO como títulos provenientes de las señales del portafolio Discovery (TLC, HGTV, Food Network, entre otras).
Sin embargo, estudios de consumo realizados por la compañía revelaron que la percepción del público seguía anclada al valor diferencial de HBO, especialmente en lo relativo a series con sello de autor, como Succession, The White Lotus y Hacks. En contraste, el consumo de contenidos de telerrealidad y programación factual, parte clave de la oferta heredada de Discovery, mostró menor tracción entre los suscriptores de la plataforma.
Además de redefinir la marca, la compañía ha comenzado a reconfigurar sus líneas de negocio. En junio, Warner Bros. Discovery anunció una reestructuración corporativa que dividirá sus operaciones en dos grandes grupos: uno enfocado en streaming y producción cinematográfica (HBO Max y Warner Bros. Pictures), y otro en canales de televisión lineal, incluyendo CNN, TNT, Discovery y otras señales.
Si bien no se ha precisado qué proporción de deportes en vivo o programación de cable se mantendrá dentro de la nueva HBO Max, el enfoque renovado sugiere una plataforma más selectiva, centrada en contenido premium como eje de diferenciación frente a competidores como Netflix y Amazon Prime Video.
De acuerdo con los últimos resultados trimestrales, HBO Max sumó 5,3 millones de nuevos suscriptores, aunque aún se ubica detrás de los líderes del sector. El regreso a una identidad de marca más reconocible podría representar una apuesta para mejorar esa posición y reafirmar su valor frente a usuarios, anunciantes y socios de distribución.
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