La historia sigue a Mónica, interpretada por Ana de la Reguera, quien en el primer minuto de la película recibe la noticia de su divorcio. A partir de ahí, y empujada por su círculo cercano, se ve obligada a regresar al mundo de las citas a través de aplicaciones, detonando un recorrido que va más allá de la búsqueda amorosa y se convierte en un proceso de autodescubrimiento.
Para Tania Benítez, el proyecto representó también un reencuentro profesional clave. “Tenía muchos años sin trabajar con Marco Polo y empecé mi carrera a su lado, así que volver a coincidir en este proyecto fue muy significativo”, explica la productora. Constandse coincide en que la dinámica fue especialmente sólida gracias a la codirección: “Poder apoyarme plenamente en Tania me permitió concentrarme en la coordinación creativa con Ana y fortalecer el proceso colaborativo”.
El interés de Benítez por la película surgió desde el guion, escrito por Itzel Lara y Adriana Pelusi:
“Conecté de inmediato con la manera en que retrata el mundo de las citas y lo que significa ser mujer hoy. Habla de cómo los sueños no siempre se cumplen como los imaginamos, pero eso abre nuevas posibilidades”.
La película inició su preproducción en septiembre del año pasado y el rodaje se llevó a cabo durante cinco semanas en Ciudad de México. Uno de los principales retos fue la selección de locaciones, en particular el restaurante donde se desarrollan varias de las citas de la protagonista, un espacio que el equipo transformó completamente para adaptarlo a las necesidades narrativas y de producción.
Desde el punto de vista creativo, el mayor desafío fue el casting. La película reúne a un amplio ensamble masculino que debía aportar personajes memorables sin desplazar el eje narrativo. “Era fundamental que todos brillaran en sus roles, pero sin quitarle protagonismo a Mónica”, explica Constandse. La improvisación fue una herramienta clave tanto en el proceso de selección como durante el rodaje, permitiendo que los personajes crecieran de manera orgánica.
En cuanto al uso de nuevas tecnologías, el equipo optó por un enfoque artesanal. Un hombre por semana no recurrió a herramientas de inteligencia artificial como parte de su proceso creativo. “El cine sigue siendo un trabajo colectivo y vivencial”, afirma Benítez, mientras que Constandse subraya que, aunque la tecnología ofrece nuevas posibilidades, “no hemos encontrado una forma en que la inteligencia artificial sustituya o mejore el proceso creativo humano”.
Más que una innovación visual, la película apuesta por un cambio de punto de partida narrativo. “Aquí la historia comienza con una ruptura y se enfoca en el romance con uno mismo, especialmente desde la experiencia de una mujer alrededor de los 40”, señala el director.
El estreno llega en un momento alentador para el cine mexicano, que ha mostrado una recuperación significativa en taquilla pese a una menor cantidad de estrenos. “Es importante seguir ofreciendo opciones para que el público regrese a las salas”, afirma Benítez. Constandse coincide y destaca el valor de la experiencia colectiva, particularmente en la comedia.
El mensaje final del equipo es claro: invitar al público a reencontrarse con el cine desde el disfrute. “Que vayan a divertirse y a empezar el año con una historia cercana”, concluye Benítez.
La experiencia de ambos, una clave importante del proyecto
Tania Benítez es productora de cine y televisión con una trayectoria que abarca comedia, drama, sci-fi y terror. Sus películas han acumulado más de 60 premios nacionales e internacionales y se han posicionado en el Top 10 de taquilla del cine mexicano. Es la productora latina más joven en formar parte del Producers Guild of America. Debutó en series con Ninis para HBO Max y combina su labor creativa con el diseño de estrategias de producción y el impulso a talento emergente.
Mientras que Marco Polo Constandse, productor, director y fundador de Filmadora Nacional, ha participado en producciones internacionales como Kill Bill Vol. 1 y 2 y Once Upon a Time in Mexico. Como productor y director ha desarrollado títulos que transitan entre el cine comercial y el cine de autor, incluyendo Después de Lucía, Vuelven, La caída (ganadora de dos Emmy Internacionales), Heroico y La cocina.
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