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10.06.2022 | Newsline Report | Tecnología

Telestream: Monitoreo de audio en la producción y distribución de sonido envolvente

Cuando se trata de la calidad de los medios que un espectador experimenta en cualquiera de los innumerables dispositivos disponibles, el audio es tan importante como el video. Si alguna vez ha visto una película emocionante en un avión o en su teléfono móvil, sabrá que es el audio el que nos permite superar el tamaño de la pantalla y experimentar la película más allá de los límites de esa pequeña imagen. Dado que el audio es tan crucial para la experiencia del entretenimiento, es tan importante monitorearlo y diagnosticar rápidamente los problemas como ocurre con el video correspondiente.

 

El cerebro utiliza la amplitud, la fase, el retraso entre los oídos, y las características espectrales para identificar la fuente de un sonido. Si los canales izquierdo y derecho de un par estéreo están en fase, son idénticos, y usted se encuentra entre dos altavoces, entonces los sonidos coincidentes y en fase llegarán a cada oído y el sonido parecerá estar frente a usted. Esto se denomina fuente de sonido "fantasma" y al cambiar el nivel relativo de cada altavoz se desplazará a la izquierda y a la derecha. Lo mismo ocurre en los sistemas de sonido envolvente (surround) cuando se cambia la amplitud relativa de, por ejemplo, la parte delantera izquierda a la trasera izquierda.

 

Ahora bien, si 2 señales están FUERA de fase, el cerebro interpreta el sonido como proveniente de diferentes fuentes. La diferencia de fase desdibuja la fuente fantasma porque percibimos el sonido como procedente de varias posiciones superpuestas. Esto se denomina comúnmente "correlación" entre las señales, y varía de +1 (en fase) a -1 (180 grados fuera de fase).

 

Esta capacidad de percibir la ubicación basándose en las relaciones de amplitud y fase hace que el sonido envolvente sea tan emocionante. Pero, si alguna vez ha intentado configurar de oído su sistema de cine en casa, sin un medidor de nivel de presión sonora, sabrá que no puede hacerlo con precisión. Del mismo modo, si uno de sus canales de audio está desfasado, le resultará difícil encontrar el lugar en el que se intercambia una conexión. En resumen, la resolución de problemas es casi imposible sin un equipo de prueba.

 

El sonido envolvente es cada vez más complejo y el número de canales de audio sigue creciendo. Cuantos más canales de audio tenga un programa, más difícil será gestionar y diagnosticar los problemas. Incluso medir algo como la sonoridad (loudness) general es subjetivo sin un instrumento de ayuda. Evidentemente, es aún más crítico cuando se tienen 7.1 canales para comparar.  La incorporación de herramientas de caracterización del sonido envolvente en un monitor de forma de onda ayuda porque proporciona una representación visual de una imagen auditiva multicanal.

 

A continuación, tenemos 3 ejemplos de herramientas útiles para la caracterización y el diagnóstico del sonido envolvente.

  1. Los medidores de correlación de fase comparan las señales de dos canales adyacentes cualesquiera y muestran la correlación entre ellos. Esto nos indica las relaciones de fase relativas y la claridad o "borrosidad" de la imagen entre ellos 
  2. Las pantallas de volumen proporcionan una representación visual de todo el espacio sonoro y son muy útiles para entender lo que el oyente escuchará incluso si está en una sala de equipos en lugar de su cine en casa.
  3. Los indicadores de fuente fantasma proporcionan una representación visual del centro y la anchura de cada imagen estéreo. Para cualquier sonido dado, se puede ver la posición percibida de ese sonido para un oyente.

 

El sonido envolvente es apasionante, pero es sólo una de las muchas cuestiones de audio que debe tener en cuenta una emisora o un proveedor de OTT. Veamos una más.

 

Pensemos en el cumplimiento de las normas de sonoridad. Si las amplitudes del programa son inconsistentes, el espectador debe tomar continuamente el control remoto y ajustar manualmente el volumen. Por eso existen las normas, y la cadena de transmisión debe mantener una sonoridad media aceptable en todos los programas. No se puede validar el cumplimiento de oído porque, entre otras cosas, la sonoridad es un análogo perceptivo a la fuerza física del movimiento del aire y todos lo percibimos de forma diferente. No queremos confiar en la evaluación auditiva de un individuo cuando están en juego sanciones económicas. Normas como la ITU-R BS.1770 nos permiten medir cuantitativamente la sonoridad y los niveles máximos de audio.  Cuando disponemos de esta capacidad de evaluación en una herramienta que ya utilizamos para otras evaluaciones de conformidad, ya no necesitamos un instrumento aparte. Podemos validar la conformidad con la misma herramienta que utilizamos para evaluar el video.

 

Nunca podremos satisfacer nuestras necesidades de medición de audio sólo con nuestros oídos, por muy expertos que sean. Pero podemos alcanzar esos objetivos electrónicamente añadiendo las herramientas adecuadas a nuestros entornos de producción e ingeniería. Cuando una pantalla visual de sonido envolvente se combina con la medición de audio tradicional y la alarma de umbral, y se incorpora a una herramienta como un monitor de forma de onda, podemos ver el balance general, o forma, de nuestra imagen, y mucho más.  Podemos identificar los problemas del canal central y de correlación LFE, solucionar las inconsistencias de fase para garantizar que el downmix de audio esté correctamente balanceado, ajustar la anchura de la imagen estéreo entre cada par de canales y, al mismo tiempo, garantizar el cumplimiento del límite de volumen. No podríamos hacer nada de esto sin un instrumento, pero hoy en día es posible.

 

Para más información sobre las capacidades de audio de PRISM, vea un breve video y solicite una demostración aquí.

 

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