Este fue el vuelo número 31 del propulsor de primera etapa utilizado para la misión, que previamente había participado en lanzamientos como CRS-22, Crew-3, Turksat 5B, Crew-4, CRS-25, Eutelsat HOTBIRD 13G, O3B mPOWER-A, PSN SATRIA, Telkomsat Merah Putih 2, Galileo L13, Koreasat-6A y en 20 misiones Starlink anteriores.
Según lo anunciado por la compañía:“Tras la separación de etapas, la primera aterrizó con éxito en el dron A Shortfall of Gravitas, estacionado en el océano Atlántico.”
Doble lanzamiento exitoso
SpaceX confirmó, mediante sus redes sociales, que las misiones Starlink 10-17 (desde Florida) y Starlink 11-19 (desde California) se desarrollaron con éxito, colocando en órbita 56 nuevos satélites.
Con estas operaciones, la empresa supera oficialmente los 10,000 satélites lanzados para su red Starlink, posicionándola como la mayor constelación satelital jamás desplegada por una sola compañía.
El proyecto Starlink, iniciado en 2018, tiene como objetivo ofrecer conectividad global a internet de alta velocidad, especialmente en regiones sin infraestructura terrestre.
Próximos objetivos: 12,000 satélites y más
SpaceX cuenta con autorización oficial para desplegar hasta 12,000 satélites, aunque sus planes a largo plazo contemplan una expansión que podría alcanzar los 34,000 dispositivos en los próximos años.
Esta mega constelación busca garantizar cobertura total a nivel planetario, con especial atención a zonas rurales, marítimas y regiones remotas.
Sin embargo, el rápido crecimiento de Starlink ha generado preocupación entre expertos y organismos internacionales, debido al riesgo de saturación orbital y posibles colisiones espaciales.
Proyectos similares —como Amazon Kuiper, las iniciativas europeas y los programas chinos de internet satelital— avanzan de forma paralela, lo que podría complicar la gestión del tráfico espacial en el futuro cercano.
El reto de la basura orbital
Este despliegue masivo de satélites ocurre en un momento en que el entorno orbital terrestre se vuelve cada vez más congestionado.
Según la ESA (European Space Agency, Agencia Espacial Europea), actualmente se rastrean más de 40,000 objetos en órbita, y se estima que más de 1.2 millones de fragmentos de al menos 1 cm —lo suficientemente grandes para causar daños— flotan en el espacio cercano a la Tierra.
La densidad en ciertas altitudes, particularmente entre 600 km y 1,000 km, se aproxima a umbrales considerados “inestables” por los modelos de sostenibilidad orbital.
Por ello, aunque la expansión de Starlink representa un avance tecnológico e infraestructura de conectividad global, también suma al reto de la basura espacial y plantea preguntas sobre la gestión del tráfico y los residuos en órbita.
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