En conversación Sergio Ferraro, director de Producción de Pegsa, y Víctor Guananja, productor ejecutivo, detallaron los desafíos de un proyecto que demandó alrededor de 2 años y medio de trabajo, involucrando a un equipo de más de 30 personas estables y hasta 70 durante momentos clave como los históricos recitales en el estadio de River en 2023.
El desafío narrativo: Mauro y Duki, la dualidad
Según Ferraro, el gran reto fue equilibrar la dualidad entre Mauro Lombardo y Duki:
“El conflicto entre Mauro, el joven, y Duki el artista, está muy presente en su vida, y necesitábamos que se reflejara en la película. El acceso a más de 400 horas de archivo íntimo, registrado por un filmmaker cercano a él, nos permitió mostrar esa tensión de forma honesta y real”, señaló.
Para Guananja, el proceso fue un verdadero rompecabezas narrativo:
“El material de archivo no fue pensado para un documental. Era un cúmulo de escenas sin objetivo definido. Nuestro trabajo fue encontrar en esas piezas la historia grande, complementada luego con entrevistas a su familia, amigos y referentes del movimiento urbano como Bizarrap, Nicki Nicole, Ysy A, Emilia y Neo Pistea”.
Criterios de producción y selección de material
El trabajo con el archivo fue uno de los ejes más complejos del proyecto. Según Víctor Guananja, el proceso fue largo y en constante evolución:
“Si bien teníamos claro, que queríamos mostrar tanto a Mauro como a Duki, fuimos cambiando y mutando en la narrativa a medida que encontrábamos nuevas puntas. Al ser un proyecto donde también intervenían Dale Play, la productora de Duki, su empresa familiarSSJ y Netflix, el recorrido estuvo atravesado por distintas visiones y perspectivas. Todo eso fue parte de un proceso prolongado y enriquecedor”.
El criterio fue trabajar “al revés”, según lo explica el productor, primero se organizó el archivo íntimo disponible y luego se construyeron los testimonios. La incorporación del director Alejandro Hartmann fue clave en esa etapa:
“Ale tiene una sensibilidad muy especial para mostrar a los personajes como queribles pero también con conflictos. No se trata de mostrar a Mauro como alguien perfecto, sino con sus claroscuros y dudas. Esa complejidad era fundamental para nosotros”, explicó Guananja.
Un documental con proyección global
El documental no solo busca interpelar al fanático del trap, sino también llegar a una audiencia internacional más amplia:
“Estamos contando la vida de un artista joven que alcanza la cima muy rápido y enfrenta conflictos internos universales. Creemos que es una historia que trasciende el género y el territorio”, explicó Ferraro.
Producción y relación con Netflix
Pegsa ya cuenta con experiencia en proyectos previos para la plataforma, como Sean Eternos: Campeones de América y Ángel Di María: Romper la pared, lo que facilitó la relación con el equipo.
“Netflix es un socio clave porque nos permite llegar más allá del público fanático de Duki; queremos que esta historia llegue también a quienes no lo siguen de cerca, y poder mostrar de manera integral quién es Duki como artista y quién es Mauro, la persona detrás de él. Para eso, Netflix es un compañero fundamental en este viaje”, destacó Ferraro.
El productor remarcó también el valor del trabajo editorial de la plataforma:
“Nos dan su constante input en cada uno de los documentales que hacemos con ellos. Sabemos que el aporte creativo del equipo comandado por Bernardo Loyola es esencial y muy valioso: les da a nuestras historias un diferencial clave para terminar con el mejor producto posible”.
Próximos proyectos
Pegsa continúa ampliando su portafolio en documentales. Actualmente trabaja en dos producciones adicionales, una de ellas para Netflix, aún sin anunciar oficialmente.
Con Rockstar: Duki desde el fin del mundo, Pegsa y Netflix apuestan a consolidar un modelo de documental musical con mirada universal, que combina cercanía, narrativa íntima y alcance global, posicionando a la música urbana argentina en el mapa audiovisual internacional.
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