Durante el Painel Telebrasil 2025, Pablo García de Castro, director regional de la Asociación Interamericana de Empresas de Telecomunicaciones (Asiet), reveló que segun un estudio de la asociación: América Latina requiere $17,000 millones de dólares para cerrar las brechas digitales y hasta $49,000 millones hasta 2030 para enfrentar el crecimiento acelerado del tráfico de red generado por los grandes proveedores de servicios OTT.
El informe que refiere también evidencía un desequilibrio en la rentabilidad de los actores: mientras el mercado no regulado se expande, los operadores regulados ven limitada su capacidad para recuperar inversiones. “La pregunta es: ¿qué cambios son necesarios para equilibrar el ecosistema digital respecto a la capacidad de inversión de sus diferentes actores?”, planteó García de Castro.
En Brasil, se han debatido medidas inspiradas en Estados Unidos y la Unión Europea, como la reducción de la carga regulatoria y el fomento de subsidios, aunque el debate es complejo debido a proyectos de ley que buscan frenar cualquier obligación de inversión de las Big Tech. José Borges, superintendente de Competencia de la Agencia Nacional de Telecomunicaciones (Anatel), indicó que el sector está en un momento de madurez, buscando nuevas formas de rentabilizar las redes mediante Servicios de Valor Agregado (SVA), que ya representan un porcentaje significativo de los ingresos.
Renato Paschoareli, director senior de Alvarez & Marsal, coincidió en que la previsibilidad y una regulación adaptable son fundamentales para atraer capital. “La rentabilidad es un pilar necesario; el capital solo llega si hay reglas claras y predecibles”, afirmó, subrayando la necesidad de un equilibrio entre reglas ex-ante y ex-post, así como de una mayor interconexión entre sectores para garantizar inversiones sostenibles.
Transformación Tecnológica y la IA como Motor del Cambio
Durante el mismo evento, ejecutivos de Ericsson y Qualcomm enfatizaron que el principal desafío será adaptar redes y modelos de negocio para soportar la explosión de la IA y de los dispositivos conectados. Rodrigo Dienstmann, presidente de Ericsson para América Latina, recordó que, a pesar de inversiones cercanas a 91,000 millones de dólares en Brasil durante la última década, los modelos de monetización basados en paquetes de datos son insuficientes frente a los nuevos casos de uso.
Dienstmann señaló que la transformación debe ser “casi genética”, con redes programables, autónomas y expuestas a través de APIs, capaces de ofrecer baja latencia, alta resiliencia y confiabilidad para aplicaciones críticas como robótica, drones, gafas inteligentes y cirugías remotas.
Por su parte, Luiz Tonisi, presidente de Qualcomm para América Latina, destacó que la IA migrará rápidamente al Edge y a los dispositivos, transformando los servicios digitales hacia modelos de suscripción y reduciendo costos hasta en un 70% en comparación con la nube. “Seremos centros de datos ambulantes, retroalimentando este ecosistema”, afirmó, resaltando que Brasil cuenta con 25,000 desarrolladores trabajando en aplicaciones para sectores como energía, minería, comercio minorista y logística.
Mientras Ericsson enfatiza redes abiertas y expuestas a través de APIs, Qualcomm apuesta por la inteligencia en el extremo como motor de la próxima ola de servicios. Ambos coinciden en que operadores, industria y ecosistema digital deben revisar rápidamente sus roles para no perder la ventana de oportunidad que ofrece la revolución impulsada por la Inteligencia Artificial.
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