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24.09.2025 | Newsline Report | Contenidos

La propuesta visual en "Las muertas" y los desafíos de su rodaje

El proyecto representó un desafío técnico y creativo, marcado por la búsqueda de un estilo visual distintivo y la adaptación de un referente literario emblemático.

Anaya explicó que la colaboración con Estrada en ¡Que viva México! fue clave para el desarrollo de esta nueva propuesta. Esa experiencia previa permitió al director de fotografía conocer mejor los intereses y la aproximación del realizador a las escenas y a los personajes. En Las muertas, uno de los elementos centrales fue el uso persistente del movimiento de cámara, diseñado para reforzar la narrativa y la dinámica de la historia.

En cuanto al aspecto visual, destacó que Estrada ha explorado en varias de sus películas una estética cercana al blanco y negro, pero trasladada al color a través de tonalidades monocromáticas. Entre ellas, el ámbar ocupa un lugar central, un rasgo que se mantiene como parte de su identidad visual.

Al comparar cine y series, Anaya señaló que el cine tradicional se caracteriza por un trabajo más minucioso y detallado, mientras que la televisión suele apoyarse en trazos más directos y un mayor peso en lo verbal. No obstante, Las muertas se desarrolló con una aproximación más cinematográfica, gracias a los recursos y al espacio creativo que Estrada consiguió para atender cada detalle del proceso, con un equipo que incluyó a Salvador Parra en diseño de arte y a Karina en maquillaje.

El rodaje, realizado en San Luis Potosí y otras locaciones áridas, presentó condiciones exigentes por el clima y la geografía. A ello se sumaron retos técnicos derivados del movimiento de cámara, que obligaron a replantear la iluminación y a ocultar equipo en escenarios complejos. Según Anaya, el trabajo conjunto con Parra permitió integrar fuentes de luz reales y aprovechar al máximo los espacios, dando como resultado una propuesta visual que enriquece la narración.

Respecto a su propio enfoque como director de fotografía, Anaya subrayó que su método consiste en seguir al director y al tono del proyecto, lo que le permite adaptarse a distintas historias y experimentar con nuevos recursos. Cada proyecto, dijo, implica una oportunidad para reinventarse y explorar referencias distintas.

Sobre la adaptación literaria, el director de fotografía resaltó que trasladar la obra de Ibargüengoitia al cine supuso un reto considerable, no solo por la expectativa del público hacia un texto icónico, sino también por el lenguaje particular del autor, marcado por la sátira y el humor crítico. En su opinión, la película logra capturar esa esencia, trasladando a la pantalla un universo visual y narrativo que combina lo realista con lo caricaturesco.

Finalmente, Anaya adelantó que, tras Las muertas, su próximo proyecto será El dentista, producción de la que se conocerán más detalles cuando se confirme plataforma y estreno.

 

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