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08.02.2021 | Newsline Report | Negocios

Capitalismo de la vigilancia: la regulación a monopolios tecnológicos

En enero de 2020, la capitalización de Google, Facebook, Amazon, Apple, Netflix y Tesla fue de USD 3,9 mil millones. En enero de 2021, es decir, un año después del brote global de COVID-19, el valor de mercado de estas seis empresas ha subido a USD 7,1 mil millones de dólares. Eso es un aumento en el valor del 82%. Los gigantes tecnológicos, comienzan a cobrar dominio absoluto. Ya en 2020, Google, Facebook, Amazon y Apple, tuvieron que enfrentar al Congreso de Estados Unidos, quienes buscan vigilarlos más de cerca y regular con mayor detalle sus prácticas.

Un ejemplo de manipulación, está en los ingresos publicitarios. Google y Facebook generaron sólo en 2020 alrededor de USD $ 230 mil millones de ingresos, es decir, el 46% del mercado publicitario mundial. Los pronósticos estiman que su participación de mercado crecerá a más del 60% para 2024. La razón es que el modelo comercial de las plataformas basadas en anuncios, es espiar a sus clientes como un servicio secreto mediante la utilización de algoritmos. Este "Capitalismo de vigilancia", como lo llama la profesora de Harvard, Shoshana Zuboff, es lo que distintos gobiernos intentan regular. 

Los últimos días de enero, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, invitó a las autoridades de Estados Unidos a trabajar juntos en la creación de un marco regulatorio para controlar el poder de los gigantes tecnológicos. "Necesitamos contener el inmenso poder de las grandes empresas digitales. Quiero invitar a nuestros amigos en Estados Unidos a unirse a nuestra iniciativa. Juntos podemos crear una guía para la economía digital que sea válida en todo el mundo. No podemos aceptar que decisiones que tienen un impacto profundo en nuestra democracia sean tomadas por programas de computadora. Queremos que sea claro que las empresas de internet asuman responsabilidad por la forma en que diseminan, promocionan y remueven contenido", dijo Von der Leyen en un discurso por videoconferencia en el Foro de Davos.

Las formas en que las plataformas tecnológicas estadounidenses y chinas utilizan los algoritmos para moldear el consumo de los usuarios no sólo impacta en el mercado, sino que están desafiando la soberanía y el orden democrático. La UE lanzó en diciembre dos proyectos de ley sobre derechos y operación de empresas de servicios digitales "para poner orden en el caos". El objetivo de la iniciativa es enfrentar mediante regulación fenómenos como discursos de odio divulgados en gran escala, desinformación, liquidación de los pequeños comercios o la creación de gigantescos conglomerados que eliminan la competencia.

En Australia, se presentó ante el Parlamento en diciembre del año pasado, la Enmienda a las Leyes del Tesoro (Código de negociación obligatorio de medios de comunicación y plataformas digitales) creada por la Comisión Australiana de la Competencia y del Consumidor, para avanzar en la regulación de gigantes tecnológicos como Google yFacebook. El objetivo es enmendar la ley de Competencia y Consumidores, del año 2010, sumándole un código de conducta obligatorio, se introducirán estándares mínimos sobre la recopilación de datos y se propondrá que les paguen a los medios locales por el contenido que crean y es accedido mediante esos sitios. Es decir, se busca que “se aliente a las partes a emprender negociaciones comerciales fuera del Código”, y que las empresas digitales puedan publicar ofertas estándar, generando así posibilidades a las empresas de medios de noticias más pequeñas una vía eficiente para finalizar acuerdos con plataformas digitales. Google amenazó con desactivar su buscador en el país en el caso de que la ley se apruebe.

En Estados Unidos los síntomas de una necesidad regulatoria están a la vista. Actualmente la ley estadounidense establece que las plataformas digitales son ajenas al contenido que se difunde, lo que las deslinda de la responsabilidad. Algunos legisladores han cuestionado si no deberían ser tratadas como editoras, en lugar de como empresas de tecnología, lo que significa que serían responsables del contenido disponible en sus plataformas. Con respecto a los datos que recopilan, pertenecen a corporaciones capitalistas y los utilizan para optimizar sus modelos comerciales. La ley de Internet de Estados Unidos, la Sección 230, podría cambiar ahora con Biden según el Washigton Post, los demócratascreen que la ley debería enmendarse, y que las empresas de tecnología deberían ser más responsables de moderar el contenido de sus sitios. Previo a su asunción, los legisladores habían recomendado desmembrar estas compañías para restaurar la competencia, aplicar de forma más estricta las leyes antimonopolio y establecer limitaciones para que estos gigantes tecnológicos compren nuevas empresas emergentes.

El modelo chino

Las necesidades regulatorias no escapan a China, quien recientemente endureció sus normas antimonopolio. Durante la última década, diferentes compañías tecnológicas han experimentado un gran crecimiento en China bajo la protección del gobierno local. Ahora el Gobierno busca limitar sus capacidades. La Administración Estatal de Regulación del Mercado de China ha publicado las nuevas directrices antimonopolio que alcanzan a Alibaba Group, WeChat o Tencent Holdings. Entre las nuevas medidas tomadas por los reguladores se destaca la necesidad de vigilar más de cerca y con mayor detalle las prácticas que realizan las grandes empresas. Por ejemplo, la prohibición de que se fijen precios, se restrinja el uso de determinadas tecnologías o se utilicen datos para manipular el mercado de la oferta y la demanda.

En Occidente la ruta es similar, la diferencia es que en China los datos pertenecen al estado. Las corporaciones capitalistas estatales recopilan los datos, monitorean a sus ciudadanos y entregan los resultados al Partido Comunista.

Tanto la Unión Europea, como Estados Unidos, buscarán prohibir a las plataformas almacenar datos privados y utilizar esos datos para obtener beneficios comerciales. Tanto el Partido Demócrata como el Partido Republicano coinciden en la conveniencia de controlar el poder que ejercen las grandes empresas tecnológicas, pero su visión sobre cómo lograrlo no es coincidente. La invitación de la Unión Europea es reciente, por lo que este 2021 y con una pandemia en curso, aún puede traer nuevas necesidades y movimientos regulatorios.

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