Rabell explicó que la idea del corto surgió a partir de su propia experiencia con esta sustancia. “Durante mi recuperación me di cuenta de que no existía suficiente información ni espacios de diálogo sobre el tema. Había mucho tabú y miedo de hablarlo, y siempre he pensado que el silencio es el mayor veneno. Ese silencio impide a muchas personas atreverse a pedir ayuda”, señaló.
El director destacó un dato que lo motivó a desarrollar el proyecto: de acuerdo con la Secretaría de Salud, en 2023 solo 1 de cada 100 personas con adicción al cristal logra rehabilitarse. “Es una estadística alarmante que me llevó a preguntarme qué podía hacer para empezar a revertirla. El cortometraje busca llegar a personas vulnerables y motivarlas a pedir ayuda antes de que sea demasiado tarde”, agregó.
Rabell subrayó que el consumo de cristal tiene un impacto particular en la comunidad LGBT, especialmente en hombres gays, debido a su asociación con prácticas sexuales. Comparó la situación con la crisis del VIH en los años 80: “Comenzó afectando a nuestra comunidad y luego se extendió. Hoy ya escuchamos casos de adolescentes de 15 o 16 años que están consumiendo, lo cual es devastador porque el cerebro en desarrollo es más vulnerable”.
En cuanto a la distribución, el plan contempla iniciar en festivales de cine para después liberar el cortometraje en internet, realizar funciones especiales en salas y alcanzar la mayor difusión posible. “No es un proyecto pensado para taquilla, sino para impacto social”, afirmó el realizador.
El corto también incluirá referencias a líneas de ayuda y clínicas especializadas como parte de su propuesta de prevención. “En Narcóticos Anónimos se dice que los tres desenlaces de la adicción son cárceles, hospitales y muerte. Por eso queremos mostrar de forma real y cruda las consecuencias del consumo, pero también brindar un mensaje de esperanza”, dijo Rabell.
Además de Las nubes de José, el director lidera la casa productora Cachaí, enfocada en ficción, que ha trabajado tanto en cortometrajes como en campañas de prevención junto a organizaciones como Oceánica. Actualmente, desarrolla proyectos para marcas como Danone y Grupo Modelo, y trabaja en el piloto de la serie musical Criaturas Ajenas, con la intención de llevarla a una plataforma de streaming.
Sobre la industria audiovisual en México, Rabell consideró que vive una dinámica de altibajos. Tras el auge de producciones posterior a la pandemia, el ritmo volvió a descender, aunque continúan surgiendo propuestas interesantes. Para el director, el reto es no subestimar al público mexicano: “Muchas veces se le ofrece más de lo mismo y por eso busca contenido extranjero. Sin embargo, hay un interés real y una necesidad de consumir historias relevantes y de calidad”.
Con Las nubes de José, Rabell busca aportar una mirada distinta a la conversación sobre las drogas. “Queremos alejarnos de las narcoseries que glorifican ciertos estilos de vida y enfocarnos en las historias de quienes realmente sufren las consecuencias: personas que enfrentan soledad, depresión, ansiedad y falta de apoyo”, concluyó.
@Newsline Report 2025